domingo, noviembre 8

Un canto en la noche.



Ventanas cerradas,
escondiendo una vida,
Alcira "la flaca" que vive en la esquina.

Hace algunos años, que ella no olvida
vivió un romance, con Pedro, Alcira.
Cuentan los vecinos, que todos los días
tomados del brazo, al jardín salían.

Tiernas despedidas bajo el negro pórtico,
con besos muy dulces, sus cuerpos ardían...

Pasaron los años, el tiempo, pedaso de vida...
un timbre que suena en la casa ¿es usted Alcira?

Una joven bella, rubia como espigas,
saca de su bolso, lo que es testimonio
de un tal matrimonio, que no es el de Alcira...

Se cierran postigos, se cierran mirillas,
la pobre muchacha queda muerta en vida.

Y pasan las noches, y pasan los días,
noches de blanca luna, noches vacías.
Muy de vez en cuando se escucha en la casa a oscuras una melodía
canción que muy triste, entona "la flaca",
trayendo recuerdos a su pobre vida.


Anird Najela 16-08-86

domingo, octubre 4

¡Te lo debía , Negra !...


Fué en una de las vacaciones pasadas en Villa Gesselll...
Ese día cantaba " La Negra" en el teatro de la calle 5; no recuerdo si se llama Rex o como...

Por la mañana fuimos a sacar las localidades, yo, anciosa de que llegara la noche...
Al regresar de la playa con mi esposo ; oímos a un grupo de gente que estaba frente al restorán de "Don Cesar", que recién entraba Mercedes , pues tenía la costumbre de antes de la actuacción, ir a comer su puchero, pues según ella era donde mejor lo hacían.
Preguntarán porque cuento ésto, pero ya hace más de 20 años y lo recuerdo patente...

LLegó la hora de asistir al espectáculo e íbamos los dos como para enc0ntrar un regalo; y así fué. El teatro estaba colmado, las localidades se habían agotado.

Fué grandioso!!,todo el público cantaba al compás de sus canciones.
Nos tocó de compañera de asiento, una Dra. vecina de nuestro paradero y al reconocernos con mucha amabilidad nos insistió en compartir su binóculo con ella y así pudimos disfrutar más a la "Negra", que con mucha soltura y delicadeza recorría con sus pies ágiles y armonioso el cuerpo, todo el escenario mientras cantaba sus zambas...
¡Por fín me di el gusto de verla!!...

Pude convencer a mi marido de esperarla a la salida,junto con un grupo de personas.
SE aguantó, una hora o más de espera conteniéndome en mis reclamo que hacíamos con los demás a que apareciera La Negra...Y llegó el momento en que dijimos :¡ si,haí viene!!!!.venía con paso rápido y yo me planto delante de ella y ella frena su paso;
Nos miramos a los ojos y nos dimos un abrazo sostenido al tiempo que le digo; Estuviste hermosa, Negra!!! y con mucha humildad me preguntó sosteniendome del brazo:

¿¿verdad que estuvo lindo??...--¡¡¡Hermoso Negra, hermoso!!! nos despedimos y es el día de hoy que siento en mi rostro el contacto de su piel perfumada. siguieron saludándola las otras admiradoras y luego la seguimos hasta su coche; diciéndole alagos ...Nunca lo había dicho, pero mientras corría tras el coche, le grité:

¡¡¡¡Negra, NO te mueras nunca!!!!

Para mi no has muerto, guardo el recuerdo desde tanto tiempo y siempre quise comunicarme con vos para decirte lo que viví ésa noche, pero daba un paso atrás y lo dejaba para más adelante.

¡¡¡Mercedes Sosa, que descanses en paz!!!. Anird.

miércoles, septiembre 2

En un vaso, una rosa...


Tan solo una rosa
descansa en un vaso...
Una rosa solitaria, que yá no lo es.
La tienen mis ojos que la miran,
mis manos que la tocan,
mis labios la besan...
Su perfume me acaricia,
sus espinas me alertan;
¡me defiendo!, ella me dice ¡defiéndete!...

Tan solo una rosa que me dice ; ¡Cuídame!.
Anird Nájela. 3/88.

...............................


Libro: receptor de ideas e ideales.


El mundo no se nutre de libros "limpios" detrás de crstales con cerrojos...

¿Leemos y retenemos en la memoria,o emanamos lo que leemos?...

Un libro recién escrito, puede ser un libro viejo...

El polvo "adquirido" de las páginas de un buen libro,libera nuestras manos y nuestro espíritu.

No por ser más grande un libro, es más grande su contenido.

Se es dueño de un libro cuando se lo ha leído.

Puede ser viejo el libro pero no lo escrito.


Cuando canto, canto mis sueños con las palabras de otros, que tan solo son las mías.

Anird Najela. 3/88.

sábado, agosto 22

En una hora de espera




¡Estoy sola! No, no estoy sola… afuera en la pileta del patio esta la canilla abierta, se oye el chorro de agua sobre la ropa. La radio, en la habitación de mis hijos deja oír a una cantante de voz finísima, cantando un carnavalito.
El teléfono esta cerca por si quisiera hacer un llamado…
Hoy mi esposo viene más temprano, y esta ansiedad de que llegue y estemos un rato compartiendo la casa y nuestras cosas, la puedo mitigar en este momento, tomando mi cuaderno.
Siento que Dios me da esta paz de poder escribir mis sentimientos, sencillo, simple, pero es lo que en realidad me sucede.
Es mas posible que encontremos paz en una humilde cabaña que en fastuoso palacio.
No estamos solos, porque lo tenemos a él; no estamos solos, hay muchas cosas que nos acompañan a nuestro alrededor, ¡están pero no las vemos!...
Un tic-tac de reloj es parte de la música de la cas, el arrancar de una heladera, el suave ruidito del calefactor, ¿y el silbato del tren que se oye a lo lejos como saludándonos? ¡aquí estoy, aquí estoy, paso yo !…
Vemos, oímos, hablamos, y si hablamos, ¿por que no cantamos?... nuestras manos además de cumplir con su trabajo diario, pueden hacer muchas cosas para no sentirnos solos en la ansiedad de la espera.
Escribamos lo que sentimos, sin mentiras, con realidades y nos veremos por dentro, y encontraremos muchas cosas que no hemos visto antes.
Siempre dije que yo escribía en mi mente, pero es no vale; queda el proyecto y se va la esencia y cuesta recopilar las ideas, porque a veces son muy fugaces y hay que atraparlas al instante para que no se escapen…

Al leer lo que escrito me causa satisfacción, porque es como si otra persona me estuviese conversando; ¡y no me siento sola!, estoy acompañada de muchas cosas…

14/09/85



Esta solo quien quiere estarlo…

“Escribir es jugar a vivir otras vidas, y leer es vivir otros sueños”


Alejandrina Magdalena Todarello, de Di Paolo.

22/08/09

viernes, agosto 7

Otra página en blanco...


Quise pasarles un cuento, pero se me ocurrió urgar entre los escritos de la valija que me regaló mi amiga, "La muchacha de la Valija" y me gustó esto que transcribo.


Otra página en blanco, un dilema...
¿Como empezar un camino?...
Camino de letras...
Letras que danzan,letras que rien,
que lloran, letras que discuten...
Discuten por la ubicación en la página en blanco.
Tanto discuten que se agolpan unas sobre otras,
hasta formar una sola letra,
un signo de admiración! o de pregunta?...
No pueden estar sueltas, desordenadas...
Deben mesclarse y mesclarse,
para poder ubicarse, cada una en su sitio.

La página es amplia y clara;
¡hay lugar para todas!...
¡Sí!, porque ellas conforman : ¡¡¡LA PALABRA!!!.

martes, julio 21

Llovía, e hicimos frituras riquísimas...




No se como empezar para expresar lo que sentí el sábado con mis nietos Facu y Jimena, los hijos de mi hijo mayor...
Como siempre, la excusa es invitarse a venir a almorzar conmigo...Desde ya que empiezo a juntar "energías vocales"; pués no me dejan respirar un momento.
Charlamos , compartimos nuestras opinones; quieren saber la historia de la familia y me cuentan sus cosas y yo, las mías.



Facu y Jime: les prometí escribirles algo en el blogg, pero no se como decirles lo que yo sentí pasar ése día con uds., como las otras tantas veces... Ustedes me hacen setir la abuela, pero no, ésa abuela que algunos dejan de lado,. ni yo tampoco soy la "abuela" que dice: ¡¡¡ha , en mis tiempos era todo más lindo!!!. ¡Nó!; siempre hay que mirar hacia adelante, y adelante van uds. que son la juventud y el futuro.



Chicos: saben bién lo que yo los disfruto y en éste momento no sé expresalo con palabras...




Las fotos que sacaron lo dicen todo... Los quiero con toda mi alma: La abuela.

.................

Tengo tres nietos más, pero ellos viven más lejos y no nos vemos tan seguido, pero son ¡hermosos! todos mis nietos: palabra de Abuela!!!!...

sábado, julio 4


El Ramón

Era de noche y las velas iluminaban los recovecos en las paredes de adobe. La luz ondulante hacía resaltar la blancura de la cal fresca. En la cocina, el fogón tenía apenas una tenue montañita de tibias cenizas. En uno de los ambientes, que tan solo pretendía ser eso, un ambiente, se encontraba él, tendido en su última cuna; “trajeado” y cubierto con tules blancos... Las “comadres” rezaban a su lado. Las flores se marchitaban al calor de las velas que también lo estaban llorando...
Y ahí estaba “el Ramón”, quieto, dormido para siempre. Lo recuerdo parado en la tranquera. Su figura reflejaba un esbozo del mozo que fue. De alta estatura, ojos grises, rodeados de profundas arrugas; marcas del tiempo... Cubrían sus sienes blancos cabellos, otrora negros y duros como crines, según decía él... La mirada perdida, quién sabe en que caminos por él recorridos. Su tronco derecho a pesar de los años. Decían que era casi un niño, cuando los Gómez lo tomaron como peoncito. De mozo nunca perdía un baile y competía en toda carrera cuadrera que podía; era hombre de a caballo, seguido siempre por un perro, pero su vida interior, un misterio... No se supo de romance alguno, solo que de vez en cuando desaparecía por un tiempo para luego regresar a su puesto en la chacra, donde siempre era bien recibido. Cuentan que en el boliche del pueblo, era uno de los mas asiduos parroquianos y a la hora del truco, cantaba el ¡falta envido!, o el ¡vale cuatro!, casi siempre triunfante..., cuando hacía sus escapadas, se lo extrañaba mucho. En las fiestas de San Juan, que se celebraban en el pueblo vecino a la chacra, a la hora de cruzar las brazas a pié descalzo, el era el primero en cruzarlas a fuego vivo, daba enormes saltos casi siempre sin quemarse, saltaba con los brazos en alto mirando al cielo y dando gritos de alegría; era todo un personaje el Ramón... Al regreso de su última salida, se lo notó un poco cambiado, taciturno, no montaba su caballo, sentado bajo la galería, miraba a la distancia; solo lo acompañaba su mate... Silencioso al requerimiento de preguntas. Cada día que pasaba, su rostro denotaba más cansancio, más tristeza... Las velas seguían llorando sus lágrimas de cera. En la pared, las sombras formaban dibujos ilegibles... Los recovecos se profundizaban en su negrura; uno de ellos me llamó la atención; de los ladrillos que lo formaban, uno parecía querer escapar de su lugar. Me acerco lentamente y al tocarlo compruebo que lo puedo sacar... En el interior del recoveco había un pequeño pañuelo de mujer envejecido por el tiempo, una flor seca y un sobre que decía: “Para el Ramón”. Lo comento con algunos de los presentes y luego de las exequias llevamos el sobre al escribano del pueblo... Al abrirlo nos lee con asombro...
“Ramón: nuestro hijo falleció en la ruta; manejaba el coche que le regaló el
patrón”.