miércoles, enero 9

La Mula

Era el comienzo del otoño. El cálido sol con su luz, hacía resaltar más aún, el brillo de las gastadas piedras que cubrían a la empinada callecita de ese pueblo pequeño,ubicado en lo alto de la colina, en ese lugar de Italia.A esa hora de la tarde, aprovechando la tibieza del sol, las mujeres más grandes se reunían en grupos para charlar de sus cosas “o las de otros”. Me acerco al grupo al que yo pertenecía. Estaban sentadas en un pequeño cerco de piedras, el que demarcaba la bajada de la callejuela. Yo estaba hospedada en casa de una de una de las señoras. ¿De qué hablaban?. Nombraban a una tal mula.-¿Quién es la mula ?, pregunto. Se miraron entre si y luego me responden que yo no la conozco, que fue un caso que ocurrió hace mucho tiempo. Le decían mula por haber nacido de madre soltera, y desde entonces se la nombraba con ése “mote”.

La madre de la “mula”, siendo apenas una adolescente, había quedado huérfana de
padre y madre. Fue en un verano de gran sequía, en que se incendiaron algunos campos y parte del bosque dónde ellos cortaban los árboles para hacer el carbón. Fue muy penoso, con tan mala suerte, que quedaron atrapados por el fuego al querer salvar parte de la leña que llevarían a su casa, la que sería el abrigo para el invierno entrante. Ella quedó en el pueblo al cuidado de una tía lejana, la cual la mandaba a trabajar a su campo, o de otros vecinos del lugar. Ayudaba a trabajar la tierra con el arado que era arrastrado por un mulo, o también, darles de comer y llevarles agua a los animales que estaban en los establos.
Ella que era hija única, debió hacer todo tipo de trabajo que nunca sus padres
ubiesen imaginado. Era el comienzo del otoño. En una de esas chacras conoció a un
jóven de un pueblo vecino, el que la fue conquistando poco a poco. Sola, sin que nadie le diera un consejo, mucho menos su tía, que lo único que quería era que su sobrina trabajase. Fué entregándose a ese amor, amor de juventud, con fuegos de inocencia sin frenos… Su figura fue cambiando paulatinamente. Su vientre iba advirtiendo el cambio de la adolescente. Otro ser se estaba gestando en su cuerpo. Comenzaron las habladurías de aquellos que no supieron advertirle lo que podía pasar del romance con ese joven del pueblo vecino; ya por ser algo mayor que ella y tener fama de conquistador en cada pueblo que iba. Tanto el como su familia se negaban a reconocer ese emberazo como fruto de ese romance. Pasada la época de las cosechas, cada uno fue para sus tierras, quedando el pueblo muy solitario y la pobre joven llevando a cuestas su dolor y la espera de ser madre.
Pasaron las nueve lunas … De ese cuerpo que fue tan poco tiempo adolescente, nace una niña, ésa, que los qué no supieron amparar a la madre, le pusieron el mote de mula…
Parte de esta historia la había oído en América, cuando de vez en cuando sus paisanos la recordaban.


"Pueblo chico, infierno grande"; desde siempre y por siempre se dirá. La joven
soportó su “mancha”, trabajando con su hijita.
El primer año se acercaba. La pequeña empezaba a dar sus primeros pasos con alegría, junto al cariño de su mamá.
Ete aquí, que la joven, siempre que iba a la "campaña" sin su pequeña hijita, procuraba encontrarse con quién había su amado. Así pasaron varios meses, hasta que el padre “renegado”, engreído y soberbio, comenzó a conversar con la muchacha cuando regresaban por las tardes de las tareas del campo. Mientras los demás volvían al pueblo cantando y riendo, ellos como si estuvieran solos en el mundo. Un buen día, el joven creyéndose todo un conquistador, le propone a la muchacha reanudar las relaciones pasadas; que él la quería, que no se había olvidado de ella. Un día y otro más, siempre con la misma cantilena. Ella se hacía rogar… hasta que llegó el día que el la invita encontrarse en la vieja chacra abandonada, lugar dónde ellos tuvieron sus citas amorosas. Ella aceptó de muy buen agrado, como si hubiera estado esperando ese momento. Al Llegar el día ansiado,la joven se arregló como si fuera su primer cita. Se puso el mejor vestido, se peinó el cabello con agua de lluvia para que le quedaran mas ‘’sedosos’’ y brillantes,y hasta se puso colonia, ésa que quedaba en un frasco, el que había pertenecido a su madre.
El joven “amado”, estaba esperándola apoyado en el marco de la puerta de la cabaña. Al verla, esboza una amplia sonrisa y le tiende los brazos como en otros tiempos, estrechandola en un fuerte abrazo y la llena de besos apasionados. La toma de los hombros y la conduce hacia la penumbra amorosa, testigo de encuentros pasados.
Ya en el interior, comienza su conquista amorosa y cuándo el “hecho” estaba a punto de lograrse, como por arte de magia, saca ella de entre sus ropas, una filosa navaja, tajándole el "miembro" al canalla, sin lograr por completo su objetivo. Salió el traidor corriendo despavorido hacia el otro lado de la colina, pidiendo ayuda a los gritos…
El tiempo fue pasando y él siguió viviendo en el pueblo detrás de la colina. Ella
con su hijita, se radicó en Alemania. Pasaron los años, muchos años, pero en el pueblo cuando recuerdan éste caso, a su hija la siguen llamando "la mula"...


2001- Alejandrina Todarello.
(de Di Paolo)
Pueblo chico infierno grande: "En todos lados se cuecen habas"

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Otra vez te digo ¡ me encantó tu cuento !Es verdad que en los pueblos no viven si no se meten en la vida de los otros .La "mula"de tu cuento tuvo que cargar con ese apodo sin tener ninguna culpa ,era la´más inocente de todos.

Anird Najela dijo...

¡¡¡Gracias Nydia!!! HAsta en el día de tu "cumple" me seguís alentando. Cuando pongo algo n el blogg lo hago con temor a "equivocarme". Me alegra mucho que te haya gustado!!!

¡¡¡Feliz cumple, amiga!!!y GRACIAS!!

de mayúscula a minúscula dijo...

anird, no te imaginás. conozco un caso real de una mujer que tuvo un romance con un tipo casado y cuando él la quiso dejar, ella le suplicó una última vez y ahí él llegó a la sal ade emergencia
un dentista de renombre aquí, ahora tiene más nombre pero de otra cosa
tus cuentos, como siempre, mágicos

Anird Najela dijo...

Mayu: ¡no me digas así! se me eriza la piel. estoy todavía en estado de regresión al pasado... Te agradezco, sos una persona ¡¡¡GRANdiosa!!!. Este caso es verídico. La mujer que tuvo ésa valentía falleció hace cuatro meses más o menos. Cuando fuí a Italia, al pueblo de mi marido, fué que me enteré y dije ¡"tomá"!...( no decía ¡ mierda frita! tan seguido), Los pueblos son lindos para ir a visitarlos, pero para vivir ¡jamás!...DE hecho que la señora llamada "mula" fué varias veces a pasear. Un día le pregunté: "fulanita, ya que es tan lindo allá (todavía yo no había ido)porque no se quedan...? Anird, acá yo soy libre..." ¡Gracias, gracias, gracias Mayu.

*La Casalinga* dijo...

Me hizo acordar a la historia de mi nonna, cuando quedó embarazada de mi mamá.
Ya la contaré...

Ese joven, no jode a ninguna niña nunca más!

Anird Najela dijo...

Sonia: esta mujer que falleció hace tres meses, alos 90 y pico de años, cuando quedó embarazada tenía la edadde tu nona,15 años, según me contó tu mamá. ¡Gracias por leerme!!!