lunes, abril 28

LA MUCHACHA DE LA VALIJA

Me encontraba en el aeropuerto de Ezeiza, esperando la llegada de uno de mis hijos que volvía de un viaje a Italia. Era domingo por la mañana; la gente iba y venía con sus bolsos y changuitos repletos de esperanzas e ilusiones, pues en el próximo vuelo salía un grupo de jóvenes hacia Europa dispuestos a buscar trabajo, que ellos decían no encontrar aquí en su patria... Me acerco a la cartelera de horarios, y veo que el vuelo en que llegaría mi hijo, venía con dos horas de retardo... Para acortar la espera, decido ir a tomar un café. Busco en la confitería, una ubicación cómoda, donde pudiera observar al resto de las mesas... Mi mirada, de pronto se detiene en una donde estaba sentada una mujer. Grande fue mi sorpresa al reconocer en ella a “la muchacha de la valija” ; ésa amiga que hacía muchos años no veía. Viene a mi mente nuestro primer encuentro...
Lunes, miércoles y viernes, eran los días que la veía e n la estación Liniers o en el subte de plaza Once a Piedras. Este era su recorrido y el mío. Ella con su sacón de corderoy rojo, con un pañuelo de gasa al cuello, rematando en un moño. Se la veía con el ceño fruncido; impenetrable… Portaba en su mano con elegante firmeza, una valija color marrón, como quien lleva un hermoso tesoro. Erguida, con paso acompasado, su mirada hacia delante , parecía una capitana, dando a su figura más seguridad; como a la defensiva de algún posible piropo…
Lunes, miércoles y viernes, era infaltable el encuentro con la joven de la valija... ¿Qué llevaría en ella?, proyectos, sueños …, ésa era mi intriga, al ver a ésta muchacha con su valija marrón.
Un día al bajar en la estación del subte Piedras, tuve que seguir su canino , pues debía hacer una compra en la casa de modas “Marvel”. Fue nuestro paso obligado, cruzar entre las mesas ubicadas en la vereda del Café Tortoni. En una oportunidad me contó que ella `pasaba a menudo entre las mesas sin mirar a ningún lado, sin saber ¿que era el Tortoni?, que historia encerraba, quienes lo frecuentaban; ella sólo veía gente disfrutando de ése lugar…
Recuerdo, ése día, ella iba adelante; cruzó Hipólito Irigoyen y siguió unos metros: su des tino, Piedras 113…
Tras los cristales de la tienda, la veo entrar al edificio; yo sigo con mis compras. Al salir a la calle, me sorprendo al verla nuevamente, erguida y el ceño fruncido como siempre. Nos miramos al ver que tomábamos las dos el mismo rumbo; la estación Piedras; nuestros pasos se detuvieron un instante, y sonreímos...
Fue la primera vez que vi su rostro iluminado por una sonrisa. Sonreímos a un mismo tiempo, casi en una leve carcajada...- -¡Hola!, ¡Que casualidad!...--- ¡Cierto!; hace tiempo que viajamos juntas, y nunca se nos dio la oportunidad de saludarnos.
Caminamos más despacio. Nuestros pasos resonaban acompasados sobre las baldosas de la vereda, que nos llevaba a la estación del subte. Mientras tanto, hicimos una breve presentación; yo con mi paquete de compras y ella con su valija...

Me contó que iba a entregar su trabajo a una de las oficinas de ése edificio. Que cosía hermosas corbatas, pero ella las detestaba; que eso no era lo que ella quería hacer. Sufría mucho por ése motivo; que sus patrones eran alemanes, muy cumplidores en el pago pero demasiado exigentes, que nunca sonreían y que muchas veces lloraba por ése trabajo “no deseado”. Un día llegó tarde a la oficina de entrega, dos minutos después de las 11.00hs. La alemana: tez bronceada, ojos verdes, elegante y bien parecida, erguida y duro su rostro como si fuera toda ella de acero; responde el saludo a la joven, pero le dice: --“Ud. a llegado dos minutos tarde, no puedo recibirle el trabajo. Vuelva a su casa y regrese dentro de dos días, pero dentro del horario establecido”. Regresa a su casa, cargando la valija con las “hermosas” corbatas, desolada, entristecida, sintiéndose cualquier cosa menos alguien con derecho a justificarse, poder explicar ésos dos minutos de retardo; se sentía alguien
despreciable o despreciado, y lo peor, ¡dos días sin trabajo!... Sufría mucho, pero a pesar de todo eso, la aliviaba el saber que con ése trabajo ayudaba a mantener la casa. Trabajaban todos, inclusive su madre. El sueño de ella era que su madre dejara de trabajar, que se quedara en casa, como toda una señora . De todo esto, lo que la ponía contenta, era tener que "arreglarse", lunes, miércoles y viernes, y viajar hacia el centro de la ciudad,
viajar en tren y subte. Era ahí, en el trayecto, dónde sus pensamientos y sus sueños tomaban formas y ella “volaba”… Nos despedimos sonrientes en la vereda de enfrente al Tortoni, ante la promesa de reencontrarnos en la estación Liniers, los días que ella iría a entregar sus “corbatas”...

¡Al fin supe que llevaba en la valija!... y corría el año 1952, y teníamos 18 años ; años en los que se sueña mucho, se tienen amigos, amistades como ésta, que comenzó “allá” lejos, como la de “la muchacha de la valija”...

Dejé el recuerdo atrás y fuí a su encuentro; nos estrechamos en un fuerte abrazo, observando mutuamente los cambios que el tiempo había hecho en nosotras... Decidimos tomar un café juntas, pues el avión que la llevaría a México, donde la esperaba su esposo, también saldría con retardo... El tenía un buen puesto en una empresa importante, por lo tanto, por cuestiones del trabajo, visitaron juntos muchos países...

Continuará Anird Najela.

15 comentarios:

Anird Najela dijo...

Tengo que agradecer a Sonia ; engripada como está me guió para poder imprimir éste relato mío ...
Tenía miedo que se volara ,y no fué así. !! Gracias Soni¡¡¡
Anird.

Anónimo dijo...

Uau, qué linda historia y bien relatada. Parece que la chica logró torcer su destino, tanto soñar algo diferente, no?

¿Está engripada nuestra mentora y guía espiritual? ¡¡Pobeshita!!

Luisa dijo...

Se tardó dos minutos y no la recibieron?...
Cuando vi el título del post, no sé porqué me dió por pensar que era un post de miedo jjiji
y con musiquita y todo: Cha cha cha cháaaaan!!
Y qué casualidad que se iba a México. ¿Cómo nos verán después de 30 o 40 años sin vernos? ¿qué pensarán?....
Y besito para Soni.
Otro para ti,Anird.
Y otro para mi niña Ashi.

Luisa dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anird Najela dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

No ves? Siempre a Luisa, siempre a Luisa? QUé tiene Luisa, coronita?
Se vé que es tu PREDILECTA...


(jijijijiji)

Anird Najela dijo...

Pero mi bebé: no tengó más predlección por una que por otra. Ashi, te cuento a vos que no se "entere" Luisa. Hace media hora tenía mucha angustia, no quería venir a la compu; me puse a llorar como una loca, le pedía a Dios que me resolviera el tema de la tristeza,y me fuí al bano me lavé la cara los ojos, me peinéy me ví "linda" jajajá!!.Vistes es lindo creery tener Fe. Se ve que necesitaba ese llanto...
Puse a hervir uno huevos para una tarta(¡Para mí!)y estoy aquí en la compu dónde mis amiguitas me ayudan a sacar afuera mi caracter optimista.
A nosotras nos une algo. Cuando vos nombrás que estás en la obra dirigiendo, yo recuerdo cuándo hacía el los pastones para mi casa; ¿no te imaginás como me gustaba manejar la pala? era como estar en "cocina"para mí. Yo con el pastón y Vicente levantando las paredes. Bueno "Bebé": El contar ésto me pone expléndida de ánimo.
Los huevos se habán recocinado; después vuelvo.Un abrazo, Ashiku.

Anird Najela dijo...

De apurada, no corregí...

Anónimo dijo...

Viste Luisa? A mí me escribió en veintiún renglones y a vos en sólo dos.
¿Quién es la preferida ahora? Tomá! jujujjujuju

Anird Najela dijo...

¡JIJIJIJI!!! Ashi: me hacés ir a la cama riéndome a carcajadas; ¡Buenísimo,rebueno!!!.

AShi y luisa : que Dios Bendiga la "compu" y que la mía dure un poquito más...Me cambiaron "La noche"
¡Las quiero! Anird.

Anónimo dijo...

Feliz día trabajadora!! Hoy dormí hasta las diez, iujuuuuu
A ver si sigue la historia...

Anird Najela dijo...

Ashiku: Buen día trabajadora,vos también!!!
Tengo muchas cosas que contar, que me contó y me cuenta "mi amiga" pero despacito voy a ir contando todo lo que pueda, mientras voy "charlando" con uds. que me encanta y de mientras a veces en los comentarios "cuento cosas"...¿no es así?.
¡¡¡Hasta luuueeegoooo!!! Anird.

Anónimo dijo...

¿En qué andás Anird?¿No se te estarán "volando" denuevo los textos, no?

Anird Najela dijo...

Ashiku: meestan puliendo el patio y con el barullo de la pulidora me desconcentré . Hoy me dediqué a mandar mail; con todo lo que escribí con mi sobrina Nati, servía para armar un post. Con cariño: anird.

Luisa dijo...

Ashi..eres la preferida, pero por eso mismo, Anird tiene que dismular haciendo que me escribe un poco más a mí, para que no nos demos cuenta...
Ayy,con estas niñas....
todo hay que explicarle, todo hay que explicar!!
Besos a montones!